¿Qué es la iritis?

Síntomas de la iritis

La iritis presenta varios síntomas. Entre otros:

  • Dolor en el ojo o la zona de la ceja que puede empeorar al intentar enfocar.

  • Enrojecimiento o inflamación en el ojo.

  • Sensibilidad a la luz o dolor ocular en condiciones de mucha luz.

  • Visión borrosa o nublada.

  • Pérdida de visión.

  • Pérdida de la visión periférica (dificultar para ver objetos en los extremos del campo de visión).

  • Dolor de cabeza.

  • Ojos llorosos.

  • Pupila muy pequeña o con una forma atípica.

  • Moscas volantes: pequeñas manchas que flotan en el campo de visión.

Estos síntomas pueden durar desde unas horas hasta varios días. Es lo que se conoce como iritis aguda. Sin embargo, si los síntomas se desarrollan de manera gradual o duran más de tres meses, recibe el nombre de iritis crónica.

Si piensas que puedes padecer iritis, debes acudir a tu médico, sobre todo si sientes dolor continuo en el ojo, cambios en la visión o si has sufrido iritis con anterioridad. Es importante tratar la iritis lo antes posible para evitar mayores daños en tus ojos.

 

Diagnóstico de la iritis

Si piensas que puede padecer iritis, debes consultar con un médico de inmediato.

Si has sufrido un corte o punción en el ojo o si este ha entrado en contacto con químicos, debes recibir atención médica. Aunque no tengas síntomas de iritis inmediatamente, esas causas pueden provocar una iritis traumática. Recibir tratamiento lo antes posible es la mejor forma de evitar mayores daños.

El especialista te examinará los ojos con una luz intensa y una herramienta de aumento. Es un instrumento que se llama lámpara de hendidura. Es posible que te pongan unas gotas con tinte en el ojo durante la revisión para ver los detalles del ojo con mayor facilidad. También te preguntarán sobre su historial médico. En particular, querrán saber si has padecido iritis anteriormente.

Tratamiento para la iritis

Si crees que padeces iritis, si tu ojo ha sufrido un corte o una punción o ha entrado en contacto con químicos, debes acudir a un médico inmediatamente. Así, podrás recibir tratamiento desde el primer momento y evitar mayores daños en el ojo.

Es probable que tu médico te recete un colirio esteroide para tratar la iritis, ya que así se puede reducir la inflamación en el ojo.

Para la iritis traumática (la iritis provocada por una lesión o una quemadura química), tu médico también puede recetarte un colirio ciclopléjico. Este colirio dilata la pupila y hace que los músculos del ojo dejen de funcionar temporalmente. Así se evitan los espasmos dolorosos.

Si la iritis se debe a una infección, posiblemente tu médico trate dicha infección con antibióticos, medicamentos antivirales o antimicóticos (dependiendo de si se trata de una infección bacteriana, vírica o fúngica).

Es fundamental que un médico trate la iritis en lugar de limitarte a un tratamiento casero. Hacer esto puede ser peligroso y empeorar el problema. Sin embargo, después de que tu médico te prescriba colirios u otros medicamentos para tratar la iritis, puedes hacer algunas cosas en casa para aliviar los síntomas. Para reducir el dolor, puedes tomar analgésicos de venta libre, siempre junto con el tratamiento que te haya recetado el médico. Si tienes sensibilidad a la luz, quizá te ayude llevar gafas de sol, incluso en interiores. También puede ser de utilidad poner un paño cálido sobre tu ojo para aliviar el dolor y la inflamación.

La recuperación de la iritis puede llevar entre y semanas. La iritis traumática, aquella provocada por una lesión, puede curarse en solo un par de semanas. Mientras te recuperas, es recomendable acudir a revisiones periódicas con tu médico. Con un seguimiento regular, un especialista puede asegurarse de que la iritis esté mejorando y no se estén desarrollando otras complicaciones, como cataratas o un glaucoma.

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