¿Cómo es un examen visual para niños y cuánto dura?

 

Aunque no es habitual que un niño pequeño sufra afecciones oculares serias, es importante revisar su vista periódicamente. Un examen visual para niños puede servir para diagnosticar un problema temprano y tratar de buscar una solución. Los detalles de la prueba ocular de cada niño se determinan en función de su edad. Aconsejamos que los niños de 4 años acudan a un examen visual antes de comenzar el colegio y continuar con una revisión cada dos años.

¿Por qué son importantes las revisiones de la vista?

Cuanto antes se realice un examen visual de un niño, antes se podrán explorar posibles opciones de tratamiento.

Las revisiones periódicas también evitarán cualquier alteración en el desarrollo y en el progreso educativo del niño. Por eso los oftalmólogos y ópticos-optometristas recomiendan acudir a exámenes rutinarios.

En algunos casos es aconsejable revisar la vista de un niño a una edad muy temprana. Por ejemplo, si el niño tiene un estrabismo visible o si existen casos de enfermedades oculares en la familia, como ojo vago (ambliopía), estrabismo o cataratas.

¿Con qué frecuencia se debe realizar una revisión de la vista en un niño?

La frecuencia de las revisiones oculares infantiles dependerá de su edad y del historial médico de la familia.

Estos son algunos ejemplos:

  • En las 72 horas posteriores al nacimiento: Inmediatamente después del nacimiento de un bebé, los médicos realizan una revisión ocular vital para asegurarse de que el bebé no sufre afecciones oculares graves como cataratas. Si tu bebé padece alguna enfermedad ocular, los médicos estudiarán junto contigo las opciones de tratamiento inmediato.

  • De 6 a 8 semanas: Esta revisión forma parte del examen físico rutinario de cualquier recién nacido. Los médicos buscarán problemas oculares que podrían no haberse visto en la revisión posterior al nacimiento.

  • De 1 a casi 3 años: En esta edad, la vista del niño está aún en evolución y puede correr el riesgo de desarrollar alguna afección ocular. En ese caso, se realizan pruebas de inmediato.

  • De 4 a 5 años: A esta edad, el niño empieza a ir al colegio. Dado que su vista todavía se está desarrollando y está sometida a una mayor presión por toda la lectura y la escritura, recomendamos encarecidamente una prueba ocular o un examen visual de los 4 a los 5 años. Esta revisión permitirá estudiar si la vista del niño progresa de manera adecuada. El óptico-optometrista puede prescribir un tratamiento si encuentra algún tipo de alteración.

¿Qué se revisa?

Estas son algunas de las pruebas que el óptico-optometrista puede llevar a cabo durante un examen visual para niños:

Prueba del reflejo rojo

Esta prueba se realiza en recién nacidos como parte de un examen físico general. El médico utiliza un instrumento conocido como oftalmoscopio para ver ampliados los ojos del bebé. Una vez se ven los ojos con aumento, el médico alumbra a los ojos con una luz para analizar si se observa un reflejo rojo. Si se detecta un reflejo blanco, puede existir una afección ocular.

Examen de reflejos pupilares

Una luz alumbra las pupilas del bebé para ver cómo reaccionan a la luz. Cuando las pupilas se contraen de inmediato en presencia de luz, el ojo suele estar sano. Si no, podría haber un problema ocular que requiera tratamiento.

Prueba del rango de movimientos

Esta prueba permite revisar el rango de movimiento de los ojos. El médico dirigirá la atención del niño hacia cierto objeto y moverá el objeto hacia distintas posiciones mientras examina el rango de movimiento de los ojos del niño. El objetivo de este examen es comprobar la flexibilidad de los músculos oculares del niño.

Prueba de refracción

Esta prueba revisa la agudeza visual del niño y analiza si debería llevar gafas. El óptico-optometrista llevará a cabo esta prueba colocando unas gotas en cada ojo que amplían las pupilas y dan una visión más clara del fondo de los ojos del niño.

Quizá te preguntes cómo se realiza un examen de la vista en un niño de 3 años, ya que, por lo general, a esta edad no podrá identificar las letras en una tabla optométrica aunque la vea perfectamente. En estos casos, el óptico-optometrista utilizará una tabla con dibujos u objetos cotidianos en lugar de letras. El óptico-optometrista podrá pedirle al niño que mire en una dirección y diga qué objetos de la tabla puede ver. Es posible que al niño le coloquen unas lentes en los ojos para que diga con cuáles ve los objetos mejor.